Había una vez dos alquimistas... (homenaje a una gran historia)

Escrito por las patitas de Cucaracha en su guarida lunes, julio 12, 2010

Después de tanto tiempo, ha llegado el día que tan lejano parecía hace unos meses. Ahora que está aquí, como ocurre con todos los finales esperados con ansia durante mucho tiempo, me encuentro con unas ganas terribles de reír de alegría como una loca, y también de llorar al pensar que ha terminado.
Estoy hablando, señoras y señores, del final de El Internado.








Sí, obviamente es broma (no he podido resistirme XD).

En realidad hablo de Full metal alchemist, versión original del manga, o de la misma historia en versión animada, Full metal alchemist: brotherhood. No voy a entrar en diferencias con el primer anime de full metal (llamado Full metal alchemist, a secas), aquél que salió en 2003; tan sólo me centraré en la historia original, porque es a la que he estado enganchada durante todo este año, en pantalla y papel, la que me ha hecho sufrir hasta el final, y la cual volveré a leer / ver tarde o temprano para volver a disfrutarla.


Para aquellos que no conozcan la trama de esta serie, permitid que os la presente. Full metal alchemist se desarrolla en un mundo en el que la alquimia (ciencia que permite transmutar elementos, pudiendo transformar objetos según su composición) es tan o más importante que el avance tecnológico, especialmente en el país de Amestris (en el que se desarrolla la historia), llegando a ser usados los alquimistas del ejército como armas humanas en las numerosas guerras con los países vecinos. La historia comienza con la infancia de los hermanos Edward y Alphonse Elric, en un pueblecito campestre y pacífico. Su padre, Van Hohenheim, poderoso alquimista, abandona su hogar y su familia siendo ellos todavía pequeños, sin ofrecerles una explicación. Por desgracia, su madre no tardó en morir poco después, consumida por una enfermedad. Después de la desgracia acontecida, Edward y Alphonse (quienes habían comenzado a estudiar los principios alquímicos por su cuenta), decidieron avanzar en sus estudios para lograr lo que ningún alquimista había logrado: una transmutación humana, para traer a su madre de vuelta. De esta forma, cuando se sintieron preparados, realizaron el peligroso experimento en un exceso de confianza. Como consecuencia, Edward perdió la pierna izquierda y Alphonse desapareció por completo, dando lugar a un ser vivo amorfo y sufriente que poco tenía que ver con su madre. Arrepentido, Edward realizó una nueva transmutación, atando el alma de su hermano a una armadura y pagando su brazo derecho como precio.
A partir de ese momento, los dos hermanos emprenden un viaje en busca de alguna forma de recuperar sus cuerpos y enmendar su error, siendo su principal objetivo la poderosa piedra filosofal. Sin embargo, la búsqueda los lleva irremediablemente a toparse con unos seres al parecer inmortales, denominados homúnculos, que parecen estar implicados en un plan de grandes dimensiones, controlado por un ser que se oculta en el interior de la tierra… Y hasta aquí puedo leer ;)

En fin, ¿por qué me gusta tanto esta serie? Hay muchas razones, y tampoco quisiera extenderme demasiado. Está la coherencia de la historia, esa habilidad de la autora, Hiromu Arakawa, para hilar todas las tramas y subtramas de modo que la historia evolucione casi de forma natural, pero dando giros y sorpresas inesperadas que consiguen sorprender sin parecer estar fuera de lugar. También cabe hablar de la maestría con la que consigue que todos los personajes tengan sus quince minutos de gloria, apareciendo siempre en el momento oportuno, cuando ya casi nos habíamos olvidado de ellos. Éste es otro punto fuerte de full metal a mi forma de verlo, los personajes. Me gusta su personalidad definida, las relaciones que se dan entre ellos, las diferentes posturas e ideales que adoptan ante los hechos y el desarrollo que éstos sufren a medida que avanza la trama.


Está, además, la variedad de temas que se tocan (algunos más directamente que otros) en esta historia. Me refiero, por ejemplo, a la guerra contra países contra países con menos armamento en posesión, la religión, la filosofía, la bioética o incluso la inteligencia artificial. También se dan múltiples referencias históricas y religiosas (poniendo como ejemplo la conocida puerta de la verdad, en la que aparece un grabado del famoso árbol de la vida).



Y sobre todo, me gusta Full metal alchemist por su principal mensaje, seguramente el más importante de todos los que pretende expresar. Con una trama tan trágica, tan tensa y llena de peligros, con momentos tan dramáticos y angustiosos, nos encontramos cada dos por tres con situaciones y diálogos cómicos, con los que no tienes más remedio que echarte unas risas. Los protagonistas no se permiten el estado de debilidad que supone la rendición, el dejarse llevar por la derrota, sino que persisten y siguen levantándose y caminando hacia delante hasta el mismo final, con determinación, aunque nada les asegure un bien mayor al final de ese camino (Como curiosidad, hago notar que la imagen de los hermanos Elric caminando de espaldas a nosotros a lo largo de una vía de tren que se extiende hasta el infinito se repite bastante en openings y endings de los dos animes, imagen simbólica de lo que pretendo transmitir). Es una idea limpia, pura, simple en realidad, es el espíritu fresco de full metal que ha cautivado a tantos fans. Qué se le va a hacer, esa actitud es algo que me motiva; los considero unos valores muy humanos que me impulsan en mi propia trayectoria cuando los siento en las personas a mi alrededor, que luchan por seguir caminando por sus propias vías de tren.





Por todo esto… [SPOILER DEL FINAL, NO LEER EL SIGUIENTE PÁRRAFO SI NO QUIERES QUE TE DESTRIPE ALGO] Me alegro muchísimo del final feliz. Ha muerto gente en el camino (por ejemplo Hohenheim, mi personaje favorito), se ha sufrido mucho y ha habido múltiples pérdidas, pero al final todos consiguen la vida que ansiaban, fortalecidos por la experiencia. En cualquier otra historia, este final me hubiera sabido a algo decepcionante, trillado… pero en esta ocasión lo prefiero así, me encanta ver cómo todos acaban felices y siguiendo su camino. Y encima, sonando Hologram de fondo, con esas fotos del final. ¡Esa canción me pone de un buen humor…!


Bueno, pues… sólo me queda añadir la conclusión final, la más importante…







Las pilas no recargables no deben ser recargadas.



Recordadlo. Y recordadme a mí cuando lo recordéis.


¡Nos vemos!


PD: ¡He pasado el curso limpio! Ha costado, pero mereció la pena el esfuerzo.

PD2: Este blog está a punto de cumplir un añito. Fíjate tú, ¡cuánto he durado!

PD3: Me encanta escribir post-datas.


PD4: Como estoy de buen humor y ya que la he mencionado, pongo la canción Hologram, de Nico touches the walls:


Cosas cotidianas que... (2)

Escrito por las patitas de Cucaracha en su guarida viernes, julio 09, 2010

Cosas cotidianas que la gente realiza diariamente sin darle la mayor importancia y cuyo procedimiento no soy capaz de entender y/o ejecutar.


Número dos: Recogerse el pelo en un sencillo moño sujeto tan solo con un lápiz atravesado, sin que se caiga, sosteniendo todo el pelo indefinidamente hasta que su dueño se cansa y retira el utensilio de la cabellera como quien no quiere la cosa.


En serio, ¿cómo... cómo lo hacéis? ¿Cómo lo hacéis?